El estallido de la Segunda Guerra Mundial sorprende a Lyudmila comenzando sus estudios superiores. Obligada a dejarlos para incorporarse a las filas del ejército ruso para luchar contra los horrores del nazismo, desde el principio, la joven muestra una gran destreza como francotiradora y sus habilidades no pasan desapercibidas para los dirigentes del Ejército Rojo. Sin dudarlo, envían a la joven a luchar por la defensa de la ciudad de Sebastopol amenazada en ese momento por el ejército alemán y sus aliados.